
La UD Las Palmas volvía a El Molinón para enfrentarse al Sporting de Gijón. El equipo amarillo, que pasa por una de las peores rachas de resultados de los últimos años, buscaba romper por fin su mala fortuna y ganar un partido en 2020.
El Sporting de Gijón llegaba mucho mejor que la UD Las Palmas
Las Palmas salió peor al campo que su rival, como es costumbre. El Sporting estuvo cerca de adelantarse a la salida de un córner a los dos minutos, pero Mauricio Lemos consiguió sacar el remate sobre la línea.
Con el paso de los minutos, la UD fue entrando en el partido hasta acabar dominando lo que sucedía en el juego. Con un Tana en buen estado, Las Palmas consiguió aproximarse al área rival, aunque no siempre con demasiado peligro.
Benito tuvo la primera clara para Las Palmas, con un remate potente de zurda que pudo sacar el portero sin demasiados problemas. Fue Rubén Castro quien casi abre el marcador tras una gran jugada que arrancó con un centro raso de De la Bella. El disparo fue muy centrado y Mariño pudo sacarla, dejando el rechace a Tana, que la mandó arriba.
Poco después, Fabio lanzó un trallazo al larguero, pero la suerte no acompañó a Las Palmas, que pese al dominio no pudo irse ganando al descanso.
De nada sirvió hacer una buena primera parte.
La UD no sabe marcar goles, pero sí regalarlos
Nada más arrancar la segunda mitad, múltiples fallos clamorosos de la defensa amarilla permitieron al Sporting ponerse 2-0 en apenas tres minutos. Primero con un fallo en el despeje de Lemos y otro en el de Curbelo que dejaron a Álvaro Vázquez solo para superar a Vallés.
Un minuto después, de córner, se olvidaron de marcar a Babin, que anotó completamente solo de cabeza. La misma historia de siempre, una defensa endeble que hace que para ganar un partido haya que marcar tres o cuatro goles, cosa que Las Palmas no sabe hacer.
El equipo intentó reponerse, hacer algo parecido a lo que ocurrió en la última victoria, allá por el mes de diciembre, donde se remontó un 2-0 ante el Elche. Eso sí, era prácticamente imposible, el equipo no era el mismo y el juego sin claridad ni ideas hacía que llegar a la portería de Mariño fuera casi imposible.
La defensa siguió haciendo de las suyas y Murilo pudo aprovecharse de ella para marcar el tercero y poner aún más tierra de por medio. Las Palmas seguía haciendo pasar los minutos moviendo el balón sin sentido de un lado a otro.
Cuando en la primera vuelta el equipo iba ganando por 2 o 3 goles, el rival mordía e incluso metía el miedo en el cuerpo con un gol. Nada que ver con la UD, con tres abajo ni se acercaba ni parecía con intención de ello. Posesión inerte y sin sentido.
La fiesta no pararía ahí. La UD decidió regalar el cuarto otra vez, con una acción penosa en la que Lemos espera el balón, la regala y acaba recibiendo el cuarto con un remate muy flojo ante el que Vallés no pudo hacer nada. El Sporting metió el quinto, pero para suerte canaria fue anulado por fuera de juego.
Foto: LFP/LaLiga